INTRODUCCION

Peirón de Santa Lucia (Orihuela)
Ilustración de A.Villén
Los peirones son monumentos de pequeñas dimensiones en forma de pilar con una capilla que alberga un motivo religioso y una cruz en el extremo superior.
Aunque han sido casi olvidados por los ciudadanos e ignorados en los catálogos e inventarios de patrimonio por su humildad y escaso valor artístico en general, sin embargo, constituyen un importante elemento del patrimonio cultural de Aragón en general y de la Comarca de la Sierra de Albarracín en particular.
La Conferencia Mundial sobre Políticas Culturales impulsada por la UNESCO amplió en 1982  el concepto clásico de “Patrimonio Cultural” al abarcar todas las huellas dejadas por nuestros antepasados, con especial atención por aquellas que forman parte de nuestra memoria colectiva y de nuestra identidad cultural. Desde entonces, muchas manifestaciones culturales “menores” tanto materiales como inmateriales que eran excluidas de esa categoría han pasado a ser consideradas una parte sustancial de nuestro patrimonio dignas de estudio y reconocimiento.
Siguiendo estas directrices, la Ley 3/1999 del Patrimonio Cultural Aragonés, en su artículo 2, incluye bajo el epígrafe de patrimonio cultural toda manifestación humana relacionada con “la historia y la cultura de Aragón que presenten interés antropológico, antrópico, histórico, artístico, arquitectónico, mobiliario, arqueológico, paleontológico, etnológico, científico, lingüístico, documental, cinematográfico, bibliográfico o técnico”.
En el portal oficial del Patrimonio Cultural Aragonés dependiente del Departamento de Educación, Cultura y Deporte, Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón, se señala:
“Aunque sean por lo general modestos en apariencia, los peirones son parte importante del patrimonio cultural de Aragón por su constante presencia en el paisaje de la comunidad y por ser testimonio de numerosas tradiciones que, debido al modo de vida actual, tienden a desaparecer. Por todo esto, la Ley 3/1999 de Patrimonio Cultural Aragonés en su Disposición adicional segunda recoge la declaración genérica como Bien de Interés Cultural por ministerio de ley, para todas las cruces de término existentes en Aragón.”
A continuación, se catalogan 420 unidades entre peirones y cruces de término y se les aplica la categoría de BIC (Bien de Interés Cultural). Sin embargo, de estas 420 unidades, en toda la provincia de Huesca tan sólo hay 6 catalogados y en la de Teruel únicamente figuran 5 (3 de Orrios, 1 de Gudar y 1 de El Pobo)  y en los dos últimos sólo hay una mención escueta. A pesar de ello, nos consta que los existentes en Aragón pasan de 2.000 unidades, en las comarcas del Jiloca y Campo de Daroca superan los 300 y en la Sierra de Albarracín quedan 36 en pie. Esto demuestra que queda pues un gran camino por recorrer en el reconocimiento “oficial” de estos modestos monumentos populares. 
Así mismo, en el mayor inventario Arquitectónico de Teruel y su provincia publicado por Félix Benito Martín[1], tan sólo figuran 10 “calvarios-peirones” y 6 Cruceros y Humilladeros y de todos ellos ninguno en la Comarca de la Sierra de Albarracín lo que corrobora el argumento del escaso reconocimiento a nivel técnico también.
Sin embargo, hay que señalar que en la última década y gracias al auge de las asociaciones culturales e Internet como medio de comunicación, están emergiendo numerosos estudios de la arquitectura menor entre los que cabe destacar el inventario de los peirones de Aragón realizado por Manuel Pérez Belanche que ha datado 156 pueblos y alrededor de 350 peirones y otro realizado por Rafael Margalé Herrero en las comarcas del Jiloca y Campo de Daroca que pasan de los 300. Destacar aquí también el magnífico monográfico sobre los peirones en las  comarcas del Jiloca y Campo de Daroca llevado a cabo por el Centro de Estudios del Jiloca[2] que incluye el citado inventario.
Desde sus orígenes el Centro de Estudios de la Comunidad de Albarracín ha acogido dentro de sus publicaciones y actividades todo tipo de manifestaciones culturales populares y divulgativas. Numerosos ejemplos de esta consideración se pueden encontrar en los artículos publicados en la revista Rehalda, en el proyecto PCISA (Patrimonio Cultural Inmaterial de la Sierra de Albarracín) y en la colección Mayta que acoge este estudio. Es pues de destacar y agradecer la sensibilidad que demuestra el CECAL acogiendo este tipo de iniciativas.



[1] BENITO MARTÍN. Félix, Patrimonio histórico de Aragón, Inventario arquitectónico: Teruel- [Zaragoza] - Departamento de Cultura y Educación, D. L. 1991, Pág. 30
[2] “Los peirones en las Comarcas del Jiloca y Campo de Daroca”, Colección El Patrimonio Olvidado, nº. 1, Centro de Estudios del Jiloca, Calamocha (Teruel). Coordinación: Emilio Benedicto Gimeno, Pilar Esteban Guillén, 2002