Peirones desaparecidos de Bronchales

Restos del peirón Valeampla (Bronchales)




ELEMENTOS PATRIMONIALES (COMARCA DE LA SIERRA DE ALBARRACÍN)
PEIRÓN DE VALEAMPLA
MUNICIPIO
BRONCHALES
PROVINCIA
Teruel
UBICACIÓN
Fuera del núcleo de la población en el paraje de Valeampla
CLASIFICAICIÓN

CRONOLOGIA
Desconocida
ESTILO

ADVOCACION

SANTORAL

PATRONAZGO

CONSERVACION
En ruinas
DETALLES

MATERIALES
Piedras sin tallar
COMPONENTES DEL PEIRON
GRADA
BASA
COLLARINOS
FUSTE (caras)
HORNACINA
CIMACIO
CRUZ
NO
NO
NO
4
NO
NO
NO
DESCRIPCIÓN
Fuera del núcleo de la población sólo podemos reseñar el peirón de Valeampla. Este paraje, (Valleampla, Valiampla, Valeampla), ha dado nombre a una dehesa del pueblo, el cuarto de Valeampla, concedida por privilegio del infante Fernando en la primera mitad del siglo XIV. Por estos términos discurre el antiguo camino de Teruel muy próximo a la cañada de Las Tejedas.
TRADICIONES

REFERENCIAS
Programa de Fiestas de Bronchales de 2006, Juan Manuel Bergés





Reproducimos a continuación un interesante artículo escrito por Juan Manuel Bergés para programa de Fiestas de Bronchales de 2006, en el que se alude a los peirones desaparecidos de este municipio.

ALGO DE NUESTRA ARQUITECTURA POPULAR DESAPARECIDA: LOS PEIRONES

Bronchales se caracteriza por haber guardado celosamente sus tradiciones populares. Las Aleluyas, la Sopeta, quizás son las más representativas. Pero sorprende como apenas quedan vestigios de su arquitectura popular menor. Entre ella destacaría los peirones que en otros rincones de la geografía del país se conocen por pilones o humilladeros.

Se trata de figuras arquitectónicas de pequeñas dimensiones construidas con materiales pobres como el ladrillo, el yeso o la piedra, que terminan en su parte superior con lápidas e inscripciones conmemorativas, o bien se rematan con una pequeña capilla en ocasiones adornada con un simple azulejo, en otras conteniendo un Santo o una Virgen por cuya advocación se ha construido el peirón o a la que se encomienda la protección del lugar. Santos protectores de los caminos, de los peregrinos, suelen presidir estos monolitos. San Antonio, Santa Lucia... Quizás las ermitas de Santa Bárbara y San Cristóbal tuvieron su origen en estos sencillos monumentos sagrados. Se ubicaban generalmente en la bifurcación de los caminos, a la salida de los pueblos.

La finalidad de la construcción de los antiguos peirones tenía carácter religioso o supersticioso, pues unían al sentido del lugar donde realizar rogativas o dar gracias, el de hito simbólico que protegía al pueblo y sus gentes guardando los caminos de acceso. También los hay conmemorativos de hechos o muertes y también sirvieron de referencia a los caminantes. Además de las finalidades supersticioso-devocionales, hay autores que ligan su origen a la indicación de los lindes, como cruces de término, en especial si están en las afueras o en las divisorias de términos. Pero también hay que advertir que los peirones se construían allí donde comenzaba o terminaba, según se mire, la jurisdicción de una ciudad, de un lugar o de un señorío; incluso para indicar el límite de una heredad, de una masía. Por ello en ocasiones se ajusticiaba en sus aledaños a los homicidas, bandoleros, salteadores de caminos y amantes de lo ajeno, como símbolo de la autoridad que se ejercía.

Mojón del viacrucis del camino del Santo (junto a la ermita de San Roque)


No hay que confundir los peirones levantados para señalizar los pasos del Vía Crucis que se recorren rezando en Semana Santa a través del camino dividido en catorce etapas, pasos o estaciones que nos conduce al Calvario. En nuestro caso éstos estaban situados próximos a la ermita de San Roque por lo que no hay que descartar que en su día el Calvario estuviese ubicado en el polígono, en el Santo, donde ya aparece citada a comienzos del siglo XVI la ermita de San Sebastián, santo estrechamente ligado a la Pasión.

Peiron de la Hisilla | Fotografía de Victor Jarque
En Bronchales algunos aun retienen en su memoria vagos recuerdos del peirón de la Isilla (Dehesilla) hoy desaparecido, que estaba situado a la salida del pueblo camino de San Roque. En el casco urbano puede observarse el peirón de San Juan Bautista, obra de carácter privado construida a expensas de Juan Martínez.

Fuera del núcleo de la población sólo podemos reseñar el peirón de Valeampla. Este paraje, (Valleampla, Valiampla, Valeampla), ha dado nombre a una dehesa del pueblo, el cuarto de Valeampla, concedida por privilegio del infante Fernando en la primera mitad del siglo XIV. Por estos términos discurre el antiguo camino de Teruel muy próximo a la cañada de Las Tejedas.

Piedra Ahimada (o Izmada)
La piedra Ahimada situada en el camino de Orihuela tal vez formaba parte de esta serie de referencias mágicas situadas a lo largo de este itinerario. No es de extrañar que el peirón de Valeampla se enclavara en este distrito para señalizar el límite de los mojones de la dehesa, sirviera de protección a los caminantes o a los pastores que transitaban por sus aledaños o tal vez alguien lo erigiese para recordar una trágica muerte o en agradecimiento de un suceso o curación milagrosa. Todo son meras hipótesis. Lo que no cabe duda es que estas construcciones fueron fruto de la profunda religiosidad que exteriorizaban nuestros antepasados. En ocasiones las grandes obras nos fascinan y las más simples, aquellas que las mueve el corazón, tienen como destino el más absoluto abandono."

JUAN MANUEL BERGES SANCHEZ
Centro de Estudios de la Comunidad de Albarracín
(CECAL)
Bronchales, agosto-06